El proyecto se implanta en un jardín envejecido en la urbanización Ciudalcampo, al norte de Madrid. El jardín presenta déficits nutricionales, especialmente visible en las adelfas, con macizos de labiadas tipo santolina, romero o lavanda en sus últimos ciclos de vida y con un aspecto decadente y con una zona de pradera de césped sombría y excesivamente húmeda.
Se propone un diseño que simplifica el número de especies que lo componen, apostando por plantas con desarrollos vegetativos mucho más largos, que tengan la capacidad de funcionar como macizos compactos, bajo mantenimiento y económicas por unidad y por último que sean capaces de convivir con las especies actualmente establecidas en el jardín.
Por todo ello, se facilita un jardín de gramíneas y vivaces que se estructura con un número muy limitado de especies, que con el tiempo permitirá la introducción de nuevos ejemplares. La idea principal es la retirada del material en mal estado y su reposición no por labiadas de forma progresiva.
Este jardín contiene:
Gaura lindheimeri, rosmarinus postratus, hypericum spp., Buxus sempervirens, lavandula agustifolia.